En el corazón de Ajijic, Jalisco, el pasado julio de 2024 quedó marcado por una explosión de color y memoria en la exposición “Lúdica Nostalgia”. Sylvia Sanabria transformó el Auditorio Municipal en un recinto donde los juguetes tradicionales mexicanos cobraron nueva vida a través de 20 obras únicas. Cada pintura evocaba aquel sonido alegre de las matracas, el vaivén del trompo y la inocencia de las muñecas de trapo, invitándonos a reencontrarnos con nuestra infancia y a redescubrir la belleza de lo cotidiano.
Obras en exhibición
- Retratos de juguetes de madera:
Sylvia plasmó en óleo series de baleros, trompos, canicas y muñecas talladas en lienzos de gran formato, resaltando la textura natural de la madera y ese desgaste hermoso que sólo el tiempo sabe imprimir. - Vela Cristalina: Aromas y Cuarzo
Como guiño a su faceta artesanal, Sylvia presentó una edición limitada de sus famosas velas aromáticas —cada una infusionada con trocitos de cuarzo y un delicado bouquet de lavanda y sándalo—, dispuestas junto a sus pinturas para que los asistentes percibieran la fusión de aroma y color. - Banquete de sabores tradicionales:
Para celebrar la riqueza cultural, el evento incluyó un banquete inspirado en la infancia: vino tinto servido con trozos de fruta fresca y nueces, pan artesanal de maíz azul y dulces típicos. Este recorrido gustativo reforzó la “nostalgia lúdica” de la exposición, invitando a revivir recuerdos con cada bocado.
Un festejo de artes y sentidos
La velada no fue solo pintura. La agrupación Saxo Rumanz encabezó la atmósfera con un recital de saxofón en vivo, desgranando melodías melancólicas que flotaban sobre las butacas del auditorio. A continuación, un ensamble de danza folclórica rindió homenaje a nuestras tradiciones, mezclando pasos clásicos con coreografías contemporáneas. Para cerrar, la poeta local Mariana Torres recitó versos inspirados en los juegos de antaño, hilando palabras que recordaban el eco infantil de nuestras plazas y callejones.
El trasfondo creativo
Hablando con Sylvia descubrimos que este proyecto surgió de paseos vespertinos por el malecón de Chapala, donde ella encontraba viejos juguetes abandonados. “Cada pieza me hablaba de historias olvidadas”, cuenta la artista. Al plasmarlos en el lienzo, quería revitalizar ese lazo entre el arte y la memoria colectiva, recordándonos que, más allá del tiempo, somos el reflejo de pequeños momentos de alegría.
¡Revive la experiencia!
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Explora de cerca los retratos de madera, siente el aroma de las velas Cristalinas y acompaña cada obra con las recetas del banquete para recrear en casa un instante de pura nostalgia.







